¿QUÉ SON LAS VOLUNTADES ANTICIPADAS?

¿QUÉ SON LAS VOLUNTADES ANTICIPADAS?

Durante la vida, se construyen ideas sobre cómo pudieran ser los últimos años de nuestra existencia. Estas ideas son concebidas basadas en vivencias, creencias, anhelos y valores, y particularmente se relacionan con los acontecimientos y sucesos que rodearán el fin de nuestra vida. Es probable que muchas personas no consideren pensar en esto, pero es seguro que, por lo menos una vez en la vida, sobre todo con el avanzar de los años, se piense en ello.

                                     

En el ámbito de los cuidados de salud, estas ideas, si se comparten con la familia, personas más allegadas y/o personal de salud, se llaman voluntades anticipadas. El fin de estas es buscar garantizar el respeto de los valores y prioridades de las personas y priorizar los cuidados que pudieran ser necesarios durante el final de la vida.

La planificación anticipada de cuidados es un proceso diseñado para ayudar al paciente desde el inicio de la enfermedad hasta el fin de la vida, para definir las intervenciones acordes a los valores, deseos y preferencias del paciente. Durante este proceso se puede llevar a cabo la redacción de las voluntades anticipadas. En estos documentos escritos, el individuo expresa sus preferencias personales sobre futuros tratamientos médicos en caso de que quede incapacitado para presentarlas. Un individuo puede escribir sus voluntades anticipadas en cualquier momento de su vida, incluso en ausencia de enfermedad.

Este proceso implica una comunicación clara entre la persona, su familia y el personal médico. La evidencia sugiere un posible impacto positivo de las voluntades anticipadas en el cuidado de personas con enfermedades degenerativas y/o terminales en distintos entornos de atención. Por ejemplo, se ha demostrado que las voluntades anticipadas están asociadas con un menor riesgo de hospitalización, una mayor concordancia entre los deseos del individuo para el final de su vida y la atención proporcionada, la reducción de procedimientos innecesarios o invasivos (por ejemplo, la inserción de tubos de alimentación) y la mejora del estrés del cuidador.

Las voluntades anticipadas deben ser revisadas cada cierto tiempo, porque pueden variar según el momento de la vida y las enfermedades que padece la persona, entre otros factores. La mayoría de las voluntades anticipadas incluyen información sobre las preferencias del paciente en cuanto a intervenciones (por ejemplo, antibióticos, hidratación, alimentación, uso de ventiladores, reanimación cardiopulmonar, analgesia), tratamientos para el mantenimiento de la vida, reanimación y la persona sustituta para la toma de decisiones.

                                  

Dentro de esa conversación inicial, se pueden tener en cuenta otras esferas de la vida de la persona, como por ejemplo: si ya no pudiera vivir solo/a, ¿con quién y dónde quisiera vivir? ¿Cuál sería mi entorno de seguridad? Si ya no pudiera manejar mi propio dinero, ¿quién quisiera que lo maneje? ¿Cómo quisiera que fuera mi funeral?, etc.

La finalidad de la planificación de los cuidados y las voluntades anticipadas es lograr obtener los documentos legales que ayuden a los profesionales de la salud tratantes y a los miembros de la familia en el momento de tomar decisiones a nombre del paciente cuando él o ella no tenga la capacidad de hacerlo logrando honrar y respetar la autonomia y las decisiones que la persona previamente tomo. 

Comentarios