RELACIONES SOCIALES EN LA VEJEZ

 ¿Pueden las relaciones sociales impactar la salud en mi vejez?

Una de las características que nos define como sociedad es que las vidas individuales están entrelazadas a través de las relaciones sociales. Estas relaciones se construyen a través de la participación social, la cual es una necesidad humana fundamental. 

Las relaciones sociales son influenciadas por los recursos sociales con los que contamos, por ejemplo, los hábitos de vida, la situación marital, con quien convivimos, a que grupos pertenecemos en nuestra comunidad, etcétera. Estos recursos sociales son esenciales para prevenir el aislamiento social. Considerado como el opuesto de la participación social, es importante hacer énfasis en que el aislamiento social, no solo es la separación física de otros, si no también, la ausencia de relaciones sociales.

Lamentablemente los estudios revelan que 1 de cada 4 personas mayores se encuentra aislada socialmente. El problema de esto es que el aislamiento social puede impactar negativamente la salud de los individuos, no solo de las personas mayores, si no de personas en cualquier etapa de la vida. Teniendo en cuenta esto, recordemos que la Organización Mundial de la Salud define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.  

Particularmente en la vejez, las investigaciones realizadas desde la década de 1900 han evidenciado que la falta de conexiones sociales aumenta las probabilidades de muerte en al menos un 50%. Metaanálisis más recientes refuerzan esta asociación y además evidencian que los procesos sociales, como el apoyo social, se encuentran entre los predictores más fuertes de la salud; una asociación comparable a la de factores de riesgo bien establecidos, como el tabaquismo y la actividad física.

Deficiencias en las relaciones sociales, como el aislamiento social o bajo apoyo social puede desencadenar la activación crónica del sistema inmune, neuroendocrino y metabólico, llevando a predisponer al individuo al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y neoplásicas. Además, empeora las discapacidades durante la vejez.

Los trabajos de vanguardia en el ámbito de las vías biológicas están revelando que parte del vínculo entre los procesos sociales y la salud está mediado por mecanismos epigenéticos. Cualquier amenaza a la seguridad de estar activo socialmente, puede desencadenar cambios epigenéticos, que, si se prolongan en el tiempo, pueden ser perjudiciales para la salud. Por ejemplo, las amenazas sociales como la soledad están relacionadas con lo que se ha llamado la respuesta transcripcional conservada a la adversidad. Esta respuesta, desencadenada por la activación del sistema nervioso simpático, da lugar a la regulación al alza de los genes implicados en la inflamación. Aunque los estudios en este campo todavía se están desarrollando, no cabe duda de que aportarán valiosos conocimientos sobre los mecanismos genéticos y celulares que impulsan los vínculos entre las relaciones y la salud.

El soporte social se ha relacionado con la baja exposición a estresores en la vejez. Esto se refleja en los efectos positivos de las relaciones sociales, como disminución de la mortalidad, mejoría en el funcionamiento del sistema inmune, disminución en la progresión de enfermedades cardiovasculares. Además, las relaciones sociales promueven la autonomía, previenen la dependencia, disminuyen la soledad, ansiedad y mantienen un mejor estado de ánimo en las personas mayores, también generan sentimientos de confianza y seguridad porque aumentan la percepción de poder recibir ayuda cuando es necesario. 

Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos concluir que las relaciones sociales si impactan la salud de las personas mayores. Toma mucha mayor relevancia si reconocemos que la salud no solo es la ausencia de enfermedad, así que el fortalecer las conexiones y apoyos sociales más allá de ser una prioridad, es una responsabilidad de quienes rodeamos a las personas mayores. Debemos realizar un trabajo conjunto para evitar el aislamiento social en este grupo poblacional.